Pasar tiempo en el agua es realmente divertido, ¡especialmente cuando se navega en barco! En el sentido coloquial, un barco es cualquier embarcación capaz de flotar en un cuerpo de agua abierto; en esta definición general, los barcos son pequeños o simples como balsas y góndolas que no tienen confinamiento. Los barcos vienen en todas las formas, tamaños y diferentes tipos, cada uno muy adecuado para las tareas específicas para las que están diseñados.
Clase 1: Embarcaciones de pesca = Botes que se utilizaban para pescar. A menudo se caracterizan por tener características que permiten a un pescador hacer lo que desee, y esos comodines especiales pueden incluir redes de pesca o portaequipos diseñados para hacer la captura de peces mucho más efectiva, tanto para profesionales como para pescadores deportivos.
Veleros: Es un barco de agua y lo más importante es que está propulsado por vela o material de surf impulsado por el viento. Se desplazan a través del agua con la ayuda de las velas. Puede que hayas oído hablar de pequeños veleros que solo caben una persona, pero si quieres cruzar océanos, entonces los yates son la manera de hacerlo.
Ferries: Los ferris son como vehículos que tienen las capacidades de un vehículo normal y un barco, pueden transportar por el agua (ríos o bahías) a otras personas y autos. Son una buena manera de ir de un lado al otro sin dar rodeos.
Tripulación senior: Es muy importante tener una tripulación experimentada en los barcos más grandes, como los cruceros. Nunca se puede anticipar cada posible desastre que pueda surgir, pero se pueden enseñar instrucciones preventivas regulares por si ocurre una emergencia poco probable.
¿Para qué lo quieres?: Antes de todo, necesitas pensar para qué usarás el barco. ¿Estás pensando en la pesca, el crucero o simplemente diversión con familiares y amigos? Así que eso resuelve los diferentes estilos, el barco que elijas a menudo dependerá de lo que pretendas hacer.
Barcos autónomos: Al igual que los coches que pueden conducirse solos están siendo probados en un número creciente de ubicaciones, los barcos autodirigidos o con piloto automático podrían no estar lejos. Estos barcos autónomos podrían reducir considerablemente el riesgo y el esfuerzo asociados con la navegación, especialmente en viajes más largos.